lunes, 12 de noviembre de 2012

La espina del falaropo

     La espina del falaropo la tenía clavada desde el año pasado cuando, por primera vez, intenté bimbar una especie y, además, la fallé estrepitosamente. Bueno, tampoco tan estrepitosamente, pero para mí fue una gran desilusión no poder disfrutar del falaropo picofino (Phalaropus lobatus) que anduvo por Villafáfila en las navidades del año pasado (ver aquí y aquí). Desde entonces, Villafáfila me ha tratado bien y, durante 2012, me ha permitido bimbar especies como el morito (Plegadis falcinellus), correlimos pectoral (Calidris melanotos), o el correlimos canelo (Tryngites subruficollis). 
     Sin embargo, la guinda de este año ha sido poder disfrutar ayer de este precioso falaropo picogrueso (Phalaropus fulicarius) en la balsa de decantación de Villafáfila, acompañado además de grandes pajareros como Cristian Osorio, Alfonso Rodrigo y Xurxo Piñeiro. Ya sé que no es la misma especie, pero me hace la misma ilusión. Ver tan cerca de casa un ave tan delicada y, por el contrario, capaz de soportar las duras condiciones del Ártico y del océano Atlántico, no tiene precio. 

Phalaropus fulicarius

     Como se puede comprobar por las fotos, es un ave muy confiada que incluso se acerca a los observadores, aunque mi escasa pericia con la cámara no le haga justicia.

Phalaropus fulicarius

     Sí, ese puntito blanco que hay al lado de Alfonso es el falaropo. Ni siquiera hacía falta acercarse pues era él quien venía hacia nuestra posición.




     Después de casi dos horas disfrutando de esta preciosidad y de la buena compañía, regresé para casa con una sonrisa de oreja a oreja. Eso sí, espero que Villafáfila nos siga dando muchas alegrías, como hasta ahora...