domingo, 19 de enero de 2014

Villafáfila en familia y pato colorado

     Si me proponen ir a Villafáfila a pasar el día, aunque sea un día como el de ayer, nunca voy a decir que no. Hacía frío, viento, y empezaba a llover por Toro pero mi mujer no tenía ganas de pasar el día en casa, así que me propuso hacer una visita familiar a Villafáfila: Centro de Interpretación, comer por allí, una vueltecita por la tarde y para casa...

     Después de que la semana pasada Alfonso Rodrigo, Cristian Osorio y José A. Fernández recolocalizaran al pato colorado (Netta rufina) que estuvo por la Reserva a finales del año pasado, era obligatorio echar un vistazo a los lavajos de la plaza de toros. Si la vez anterior que pude ver esta preciosa anátida me costó casi toda la tarde dar con ella, ayer fue lo primero que apareció al enfocar el telescopio. Debido a la distancia no pude conseguir mejores fotos pues, cuando dejó de sestear y se metió en el agua, me resultaba imposible enfocarlo por culpa del viento.

Pato colorado (Netta rufina) en el centro de la imagen
     Como las visitas familiares suelen ser muy lentas y hay que atender a otros menesteres, el tiempo para estar en el Centro de Interpretación (desde el que se ven los lavajos) era muy corto. Un vistazo muy rápido a toda la zona y, el único ganso que levantó la cabeza resultó estar marcado. Aunque fue anillado en el año 2012 en Noruega, tiene bastantes avistamientos en su país y en Alemania. En Villafáfila lo hemos visto varias personas, yo mismo en cuatro ocasiones.

Ánsar común (Anser anser) marcado con collar B(GA4)
     Mientras volvíamos hacia el coche, un vistazo rápido a los porrones moñudos de las lagunas del Centro de Interpretación y esta focha marcada que se puso delante del objetivo. Es uno de los ejemplares marcados por el GIA y suele ser fácil encontrase con ella en este mismo sitio.

Focha común (Fulica atra) marcada con collar Y(217)

    Después de comer dimos una vuelta con el coche, para intentar que el pequeño durmiese la siesta. Justo antes de llegar a Revellinos de Campos, este grupo de avutardas (Otis tarda) recortaba contra el cielo negro. La presencia de nubes tan oscuras, así como los ocasionales chubascos hacían que las aves pareciesen intranquilas, moviéndose en bandos de un lado a otro.

Avutardas (Otis tarda)
     Una penúltima parada, esta vez en el complejo de Barillos y, como una luz en medio de la oscuridad, se distinguía esta avefría blanca, que descubrió Cristian Osorio y que ya lleva un tiempo por la zona. A pesar de la distancia, este ejemplar resulta muy llamativo y es fácil dar con él, aún sin prismáticos.

Avefría "blanca" (Vanellus vanellus)
     En una levantada general de avefrías, en medio de un bando enorme, destacaba igualmente, tanto por su color, como por el hueco que parecen dejarle sus congéneres, quizá recelosos de que no se trate de un ejemplar de su misma especie.

Avefrías (Vanellus vanellus)
     Dado que los gansos y patos no estaban nada activos, una vez que la avefría blanca desapareció de la zona, lo más entretenido fue intentar fotografiar a los tres ejemplares de avoceta (Recurvirostra avosetta) que se alimentaban en la laguna de la Rosa. Esta es la única foto que conseguí en la que se pueda ver la cabeza de una de las aves, en el resto, solo sus traseros blancos y negros sobresaliendo en la superficie del agua. 

Avoceta (Recurvirostra avosetta)
     Para terminar la tarde, ya con mucho frío, una foto de un grupo de avefrías que, bañadas por el sol, demuestran que la parte superior de su plumaje no tiene por qué ser siempre negra. 

Avefrías (Vanellus vanellus)

domingo, 12 de enero de 2014

Censo de Acuáticas 2014

     Ayer dediqué la tarde a realizar el Censo de Aves Acuáticas Invernantes que hago todos los años en un tramo del río Duero a su paso por el Término Municipal de Toro, en Zamora. La cosa no pintaba muy bien, pues durante todo el día la niebla había cubierto la zona pero, aprovechando que parecía levantar un poco, decidí intentarlo.

     Comencé por el Embalse de Timulos, el lugar que debía ser el que más acuáticas aportase al censo y en el que este resulta más sencillo. Aquí la niebla no era especialmente molesta pero, sin embargo, el lugar parecía estar vacío de vida.  Las aves no acuáticas eran las más abundante, predominando los páridos y los fringílidos. 

Embalse de Timulos
     
      En el agua, apenas un puñado de cormoranes y de azulones. Nada que ver con el año pasado, cuando pude contar más de cuatrocientos azulones y un buen número de cucharas (Anas clypeata). El alto nivel del agua, que apenas ha dejado lugares de reposo para las anátidas, hacia que tanto éstas como los cormoranes aprovecharan cualquier tronco para descansar.

Cormoranes (Phalacrocorax carbo) y azulones (Anas platyrhynchos)

     Una vez dejé el embalse de Timulos, me fui asomando a todos los lugares en los que la vegetación de ribera permite observar el río. Otra vez, la corriente y el alto nivel del agua impedían la presencia de anátidas. Solo algún azulón se refugiaba en las zonas más remansadas y otros, como las garzas, preferían buscarse el sustento en las tierras cercanas.

Garza real (Ardea cinerea)

     Conforme avanzaba el censo y me iba desplazando río abajo, la niebla comenzó a bajar de nuevo, haciendo muy difícil contar las aves que se encontraban en la otra orilla. En cualquier caso, tampoco había mucho que contar. 
     El aspecto del tramo de río donde se encuentra el dormidero de cormoranes lo dice todo. Imposible censar en este sitio que siempre aporta un buen número de ejemplares de la especie.

Río Duero

          En resumen, este ha sido un censo muy pobre, debido sobre todo al elevado nivel de agua del río, pero también a las malas condiciones de visibilidad. Sin embargo, no quiere decir que ocurra nada especial en el río pues, como hemos podido comprobar en otras ocasiones, las especies ligadas al agua y, especialmente las anátidas, fluctúan de manera importante en este tramo, incluso de un día para otro. Por otra parte, lo que sí es realmente interesante es conseguir que esta y todas las riberas y masas de agua puedan mantenerse en un estado de conservación adecuado, que permita la persistencia de unas buenas poblaciones de aves acuáticas.