domingo, 23 de noviembre de 2014

Dos chorlitos y un cabeza de chorlito

     Conducía por un camino embarrado e iba más pendiente del coche que de otra cosa. De repente, dos siluetas afiladas se cruzaron justo delante de mí, gritando "puu, puu". Paré inmediatamente y me quedé mirando su vuelo a ver si les veía posarse. Lo hicieron en un campo de cereal, a cierta distancia de donde yo había parado. Con los prismáticos, y a contraluz, no distinguía bien los detalles y solo se me ocurrió pensar en chorlitos carambolos (Charadrius morinellus). ¿Qué otra especie de limícola podría aparecer en una zona agrícola, inmensa y sin agua por ningún lado? Ni se me pasó por la cabeza nada más común...

     Bajé del coche e intenté acercarme, dando un gran rodeo para que el sol quedase a mi espalda. Sorprendentemente, no se asustaban y seguían alimentándose a pesar de que yo estaba cada vez más cerca. Mis nervios iban en aumento, pues por mi cabeza solo pasaba una idea: los chorlitos carambolos pueden llegar a ser bastante confiados. 

     Finalmente, la realidad se impuso y, cuando estaba tan cerca de ellos como nunca lo he estado de esta especie, pude comprobar que se trataba de dos chorlitos dorados (Pluvialis apricaria). Al final, como siempre, la respuesta más sencilla suele ser la acertada y no hace falta complicarse tanto. Eso sí, es imprescindible comprobarlo y más si se puede disfrutar de una especie que, no por común deja de ser interesante, sobre todo por la belleza de su plumaje a corta distancia.


Chorlito dorado europeo (Pluvialis apricaria)

Chorlito dorado europeo (Pluvialis apricaria)

     Si no hubiese sido por un milano real que los asustó, me hubiese quedado allí disfrutando de ellos mucho más tiempo, viendo cómo se alimentaban tan tranquilos, ignorándome. Parecía que, allí de donde provengan, no hubiese mucha gente para molestarles...

domingo, 14 de septiembre de 2014

Asturias y Cantabria

     Una entrega más de "pajareo en familia", con algunas fotos de las últimas vacaciones. En el puerto de Llanes (Asturias), mi mujer y mi hijo descubrieron este vuelvepiedras, a última hora de la tarde, sobre los famosos Cubos de la Memoria. Debido a la poca luz que había, me costó muchísimo trabajo "congelar" a este pequeñajo, que no paraba de moverse.

Vuelvepiedras (Arenaria interpres)

     Poco después, descubrimos otros cinco ejemplares juntándose para dormir en la misma zona. Estos tampoco paraban de moverse, por lo que hay, al menos, dos ejemplares movidos en la foto.

Vuelvepiedras (Arenaria interpres)

     Uno de los días madrugué para ir a observar gaviotas a la playa de La Franca (Asturias). A pesar de lo temprano que llegué, la playa estaba llena de pescadores, paseantes y demás, por lo que no había una sola gaviota en la arena. Por tanto, decidí darme una vuelta por el río Cabra, que desemboca allí mismo. Me recibieron un par de martines pescadores, de los que uno se dejó fotografiar.


Martín pescador (Alcedo athis)

     El martín pescador es habitual en la desembocadura del río Cabra, pero nunca había visto un pechiazul aquí. Este macho salió de entre la vegetación y se mostró un rato sobre  las escolleras. La escasa luz del amanecer y la distancia no le hacen honor a este pájaro tan bonito.


Pechiazul (Luscinia svecica)

     Otro habitual del río es el mirlo acuático que, en esta ocasión se quedó quieto un momento, permitiéndome sacar una foto testimonial. 


Mirlo acuático (Cinclus cinclus)

     En la ría de San Vicente de la Barquera (Cantabria) esperaba ver alguna espátula pero, sin embargo, nos encontramos un grupo de más de 60 garcillas bueyeras. Aquí una parte del grupo.


Garcillas bueyeras (Bubulcus ibis)

     La ensenada de arena que se forma frente al pueblo estaba llena de gaviotas. Dominaban las patiamarillas, aunque también se veían sombrías, reidoras y algún gavión atlántico. Por la distancia y la falta de tiempo, me fue imposible buscar ejemplares anillados.


Grupo de gaviotas

     En un paseo por el monte, en Ruente (Cantabria), cambiamos los pájaros por los insectos y los reptiles. Había muchos ejemplares de la mariposa Pyronia tithonus, aunque no me fue fácil fotografiarlos.


Pyronia tithonus

     Aún más trabajo me costó fotografiar esta bonita libélula, pues no se posaba en ningún sitio. Por fin, tras capturar un abejorro, se detuvo para comérselo sobre un poste, lo que me permitió inmortalizarla.


Cordulegaster boltonii

     En un muro de piedra, una de las habituales lagartijas roqueras.


Lagartija roquera (Podarcis muralis)

     De nuevo en la ría de San Vicente de la Barquera, un gavión entre gaviotas patiamarillas y sombrías. Justo delante de él, una gaviota patiamarilla anillada, imposible de leer por la distancia.


Gaviotas patiamarillas, sombría y gavión atlántico

     Este andarríos chico me tuvo un buen rato entretenido. No sé por qué, le veía algo raro y me tiré mucho tiempo observándolo por el telescopio y sacando fotos sin llegar a saber qué es lo que me llamaba la atención. No paraba de bañarse y acicalarse, por lo que era muy difícil poder estudiar detenidamente sus características.


Andarríos chico (Actitis hypoleucos)

Otro de los gaviones que andaba por allí.


Gavión atlántico (Larus marinus)

     Y otro más, este más joven.


Gavión atlántico juvenil (Larus marinus)

     El limícola más abundante de esa zona de la ría era el zarapito real. Este se puso relativamente cerca de nosotros.

Zarapito real (Numenius arquata)

     En un paseo por la orilla del río Cares, en Mier (Asturias), pudimos ver algunas libélulas y mariposas. Es un sitio muy agradable para caminar un rato


Calopteryx virgo macho


Calopteryx virgo hembra


Pararge aegeria


Vanessa atalanta


Cópula de Sympetrum striolatum

     Para acabar, una vista del macizo de Los Urrieles, con el Picu Urriellu en el centro.

Picu Urriellu

lunes, 8 de septiembre de 2014

Gaviotas anilladas

     Una de las ventajas que ofrece pasar unos días cerca del mar es poder observar gaviotas a una distancia más decente de la que permite la observación en zonas de interior. 

     En esta época es complicado encontrar alguna especie "rara", así que el entretenimiento está en buscar ejemplares anillados. Durante esta semana he podido observar tres gaviotas patiamarillas con anillas de lectura a distancia:

     La primera la encontré en el puerto de Llanes (Asturias), el día 01 de septiembre. Se trata de un ejemplar anillado como pollo en San Antón, Getaria (Gipuzkoa) el 22/06 por la Sociedad de Ciencias Aranzadi y tiene un par de observaciones previas, en su zona de nacimiento.

ROJO (3M7:G)

     Al día siguiente, 2 de Septiembre, observé este otro ejemplar, en la playa de La Franca, Ribedeva (Asturias). También está anillado por la Sociedad de Ciencias Aranzadi, el 18/06, en la Isla Santa Clara, Donostia (Gipuzkoa). Tiene una observación previa en Santander y después de mi primera observación ha permanecido en la playa de La Franca hasta, al menos, el día 7 de septiembre.

ROJO (1K2:G)

     La tercera gaviota anillada la observé el día 7 de septiembre, también en la playa de La Franca, en Asturias. Fue anillada el 24/05/2011 en Punta de la Banya, Tarragona por el I.C.O. y tiene observaciones previas en Portugal y Francia.

VERDE (PHRN)

     Muchísimas gracias a los anilladores por su rápida respuesta y por los historiales que me han enviado.

lunes, 28 de julio de 2014

Añorando la playa

     Me gustan las playas en invierno. O, al menos, cuando no tienen gente paseando, bañistas, perros descontrolados, surferos, etc. Sé que todos tenemos el mismo derecho a hacer uso de las playas y que yo, seguramente, molesto tanto como los demás. Pero no puedo evitarlo, me gustan las playas cuando no hay nadie y, como consecuencia, son las aves las que toman posesión de la arena.

     Ahora, mientras soporto lo más crudo del estío en la meseta, la única forma que tengo de volver a esas playas, que seguro estarán abarrotadas, es a través de las fotos de los meses pasados. Son fotos sacadas "al salto", mientras tengo un ojo en los pájaros y, a la vez, paseo con mi  familia. 

     La playa que más habitualmente visito es la de La Franca, en Ribadedeva (Asturias) y, bien por su tamaño o por la constante presencia de gente no suele tener nada interesante en la arena, salvo algunas gaviotas. Por eso me sorprendió encontrarme con un par de chorlitejos grandes que aprovechaban para hacer un descanso en su migración. Se les veía cansados, apenas se movían y no intentaban alimentarse. Además, de vez en cuando, aprovechaban para tumbarse. Me mantuve a una distancia prudencial, sacando las fotos con el zoom máximo que permite mi cámara. Enseguida nos alejamos, dirigiéndonos hacia el otro extremo de la playa y allí quedaron, supongo que reponiendo fuerzas para continuar su viaje. Durante todo el tiempo que permanecimos en la playa no pude evitar mirar de vez en cuando hacia aquella zona, deseando que ninguno de los pocos paseantes que había se acercase demasiado como para interrumpir su descanso...

Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula)
     
     Otra playa muy interesante cuando no hay mucha gente es la de Oyambre, en Cantabria. En esta ocasión había bastantes paseantes, pero estaban concentrados en una zona concreta de la playa y el resto permanecía totalmente tranquilo. Los perros que acompañaban a estos paseantes estaban demasiado ocupados persiguiendo a las escasas gaviotas que se atrevían a posarse en la arena y un buen grupo de correlimos tridáctilos y correlimos comunes pasaban desapercibidos para todos. Sus carreras y vuelos, a muy escasa distancia de donde yo me encontraba, me hicieron disfrutar de lo lindo.


Correlimos tridáctilo (Calidris alba)
      
      Volviendo a la playa de La Franca y ya con sus visitantes habituales, la tranquilidad me permite fijarme en los detalles y puedo romperme la cabeza con algunos ejemplares que, para alguien con más dudas que certezas, como yo, resultan ser un entretenimiento de primer orden. Esta gaviota sombría, por ejemplo, llamaba poderosamente la atención entre las de su especie. El color más oscuro de su manto, las patas más cortas y su aspecto alargado me recordó a la subespecie intermedius. Sin embargo, mi falta de experiencia hace que, aún hoy, mirando las fotos siga sin tener claro si es un ejemplar de la más común subespecie graellsii o se si podría considerar del tipo intermedius.

Gaviota sombría (Larus fuscus)

     Ese mismo día, otra gaviota llamó mi atención. Quizás, para un experto, no tenga nada especial, pero a mi me resultó curioso su pequeño tamaño en comparación con otras gaviotas sombrías y patiamarillas que había en la playa. El pico también me parecía más corto y menos grueso. Se mantenía alejada del resto de gaviotas y no pude hacer ninguna foto comparativa ni en vuelo. Sin embargo, la inesperada aparición de un grupo de paseantes me privó de seguir estudiándola en vivo.

Gaviota sombría? (Larus fuscus?)
     Mientras pueda, seguiré acercándome a las playas cuando no haya gente, a disfrutar de las aves que identifico rápidamente y de las que me dan más quebraderos de cabeza. A imaginar cómo podrían ser esas playas si las personas dejásemos un poco más de espacio para las aves en lugar de invadirlo todo...


domingo, 20 de julio de 2014

Lagartijas roqueras

     La lagartija roquera (Podarcis muralis) es un  pequeño reptil de coloración dorsal parda o pardo verdosa, pudiendo presentar un reticulado negruzco en la zona central. Los costados presentan una coloración regra o parda muy oscura y generalmente uniforme. El vientre es blancuzco, grisáceo, crema o rojizo, con pequeñas manchas negras. La garganta presenta manchas grisáceas o ferruginosas de contornos mal definidos. En los machos la coloración ventral rojiza suele ser especialmente intensa, al igual que el reticulado de la garganta.



Lagartija roquera (Podarcis muralis)

     En la Península ibérica se distribuye por la mitad norte, con sus poblaciones más occidentales en el límite entre Asturias y Galicia. Podemos encontrarla en los Pirineos, el Prepirineo, la Cordillera Cantábrica y toda la franja costera cantábrica. En el interior peninsular existen poblaciones en los Sistemas Ibérico y Central.


Lagartija roquera (Podarcis muralis)

     En la Cordillera Cantábrica ocupa hábitats abiertos, muy soleados y salpicados de formaciones rocosas, aunque también es frecuente encontrar esta especie en hayedos y robledales, ocupando zonas aclaradas y soleadas. En el Sistema Central ocupa taludes terrosos, con rocas dispersas y vegetación de pequeño porte, normalmente en los bordes del bosque. En el norte de España ocupa también acantilados costeros y es muy frecuente en muros de piedra y otras construcciones humanas.


Lagartija roquera (Podarcis muralis)
     La lagartija roquera es el reptil que más habitualmente me encuentro en la zona entre Asturias y Cantabria que frecuento, tanto dentro de los cascos urbanos como en otras zonas de roca o acantilados. Sin embargo, su gran variabilidad cromática y de diseños siempre me hace dudar a la hora de identificarlas. 

     Los tres ejemplares mostrados en las fotos compartían el mismo pequeño talud rocoso, cerca del mar, en Pechón (Cantabria). Había más ejemplares, alguno con un diseño mucho más liso, sin reticulado, lo que hacía pensar, a ojos inexpertos como los míos, que se trataba de una especie diferente.

     Gracias a Abel Bermejo (La herpetofauna de Zamora), que amablemente revisó mis fotos, pude saber que todos los ejemplares fotografiados pertenecían a la misma especie y que, a pesar de sus variables diseños, es la misma que habitualmente se solea en los muros y las aceras de los pueblos de la zona.


Bibliografía: Diego-Rasilla, F. J. (2004). Lagartija roquera - Podarcis muralis. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Carrascal, L. M., Salvador, A. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http//www.vertebradosibericos.org 

viernes, 13 de junio de 2014

Espátulas anilladas

     Cuando ya nos íbamos, llegaron ellas... Casi sin luz, un par de manchas blancas se dejaron caer desde el cielo a la ría. Dos espátulas que empezaron a alimentarse enseguida.
     Ya tenía guardado el telescopio, así que me dediqué a sacarles algunas fotos, para intentar comprobar si estaban anilladas, principalmente. Y, por suerte, lo estaban las dos...Por lo tanto, aproveché para acercarme lo más posible, de forma que se pudieran leer los colores de las anillas.
     En casa, tras comprobar que se podían leer perfectamente y que las espátulas eran de origen francés, envié las fotos a Loïc Marion, un anillador de aquel país, que trabaja con espátulas, entre otras especies.

     Estos son los historiales que me envió:

Platalea leucorodia Ya/ROG
      Anillada el 07/05/2009, como pollo, en Besné (Loire Atlantique, Francia) y con observaciones en Bomborinette Tour du Valat, Camargue, el 16/09/2009; y en Saint-Denis du Payré, Vendée, el 16/08/2011 y el 23/08/2012. Curiosamente, la última observación de este ave era también mía, pues la pude observar y fotografiar el 01/05/2013 en la Laguna de la Rosa, Revellinos (RN Lagunas de Villafáfila).
Última observación: Ría del Capitán, Valdáliga (Cantabria), el 08/05/2014. 


Platalea leucorodia Ya/ROY
     Anillada el 07/05/2009, como pollo, en Besné (Loire Atlantique, Francia) y con solo una observación en Salburúa, Álava, el 31/08/2011.
Última observación: Ría del Capitán, Valdáliga (Cantabria), el 08/05/2014. 

     De acuerdo con los historiales, estas dos aves deben haber nacido en la misma colonia, pues se anillaron como pollos el mismo día. Además, podrían ser incluso hermanos que hubieran coincidido en su migración prenupcial, volviendo a Francia.

jueves, 13 de marzo de 2014

Me gusta el flamenco...

...y no me refiero a la música. Me refiero al ave... Phoenicopterus roseus y, en concreto, a los dos ejemplares que he podido disfrutar en Villafáfila, junto con mi familia y un buen puñado de pajareros zamoranos.
     El martes 11 de marzo, cuando recibí un mensaje a través del grupo de Whatsapp que tenemos varios colegas, en el que se avisaba de que el día anterior Víctor Arias y Álvaro Guerra habían descubierto dos flamencos adultos en Villafáfila, no me lo podía creer. El flamenco común (Phoenicopterus roseus) es un ave que se me resistía; lo había fallado ya en varios sitios, incluido Doñana. Tengo que reconocer que nunca le había puesto especial empeño, pero empezaba a mosquearme no haber sido capaz de observar un ave tan grande y relativamente abundante en ciertos lugares de la península.
     En cuanto Cristian Osorio confirmó que los dos flamencos seguían en la Salina Grande salí con mi familia hacia allí, encontrándole en el observatorio de Otero de Sariegos, junto con varios colegas, disfrutando de esta bella especie. 

     A pesar de la distancia a la que se encontraban, les pude sacar algunas fotos testimoniales. No son gran cosa, pero seguro que serán un buen recuerdo del día que observé por primera vez esta especie, y de la agradable tarde que pasamos en buena compañía.






     Sin movernos del observatorio de Otero, la tarde se completó con la observación de 23 zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis), 9 espátulas (Platalea leucorodia), 2 gaviotas cabecinegras (Larus melanocephalus) y un buen número de ejemplares de las especies habituales en esta época por la Reserva.
Para terminar un día tan excepcional, en el camino de vuelta a casa pudimos contar hasta 5 lechuzas campestres (Asio flammeus), que pusieron la guinda a la jornada.

domingo, 9 de marzo de 2014

Escribano nival en Villafáfila (08/03/2014)

     Este fin de semana tenía pensado acudir a la Reserva de Villafáfila a comprobar qué tal está comenzando la primavera por allí. Después de tantos días de lluvia como llevamos este año, esta semana de sol invita a no quedarse en casa y, las lagunas siempre son una buena opción. Además, la lluvia que nos ha tenido alejados del campo durante tantos días nos ha dejado, como contrapartida, una cantidad de agua tremenda, y esto es un auténtico imán para las aves.
     Sin embargo, lo que me hizo no dudar a la hora de madrugar para estar allí el sábado a primera hora fue un mensaje de Cristian Osorio en el que nos indicaba que había descubierto un Escribano Nival (Plectrophenax nivalis), en unos lavajos cercanos al pueblo, el día 7 por la tarde. 

     Después de llegar a la Reserva, justo antes de ponerse el sol,  y parar en la Laguna de San Pedro, en Villarrín, donde me reuní con Alfonso Rodrigo (en su blog hay más y mejor información sobre la visita de ayer), nos dirigimos inmediatamente al lugar donde Cristian y él mismo (aunque brevemente) habían visto al pájaro el día antes. Nada más bajar del coche en la zona en la que el escribano había sido descubierto, lo relocalizamos. 

Plectrophenax nivalis

     No sé cuánto tiempo dedicamos a disfrutarlo y a sacarle fotos, pero seguro que fue un rato largo... Se movía por una zona bastante fea y humanizada, rodeada de naves ganaderas, donde parecía estar en "su salsa". Lo vimos alimentarse en el suelo, posarse en vallas, y hasta en un pequeño arbolillo.

Plectrophenax nivalis

     Para mí ha sido la primera observación de la especie y, como me ha pasado en tantas ocasiones, ha tenido que ser en Villafáfila, un lugar que queda a poco más de media hora de mi casa.

Plectrophenax nivalis

     Después de haber cumplido con nuestro objetivo, nos dedicamos a recorrer otros puntos habituales de la Reserva, observando más o menos lo habitual de estas fechas, aunque sí echamos en falta algo más de movimiento de limícolas. Seguro que Alfonso, en su blog, hace un resumen mucho más extenso del resto de la mañana que compartimos.

     Por destacar algo, después del subidón del nival, subo un par de fotos más. La primera, curiosa, porque era la primera vez que ambos veíamos un grupo mixto de ánsares (Anser anser) y cormoranes (Phalacrocorax carbo) volando en formación. Cada especie formaba un lateral de la V, con los gansos en cabeza, pero parecían estar perfectamente coordinados. Una pena no habernos percatado antes de su presencia, para haber sacado alguna foto mientras se dirigían hacia nuestra posición.

Grupo mixto de Anser anser y Phalacrocorax carbo

     La segunda foto es de parte del grupo de espátulas (Platalea leucorodia) que se acabó formando en la laguna de la Rosa y que totalizó 21 ejemplares. Había, al menos, tres ejemplares anillados pero el fuerte contraluz nos impidió obtener ninguna lectura. Esto, para mí, habría supuesto el colofón a un día que ya era magnífico de por sí.

Platalea leucorodia

     Justo después de marcharnos hacia la Laguna de la Fuente, las espátulas levantaron el vuelo y, elevándose en círculos, se dirigieron rumbo al norte. Al contrario que ellas, yo me dirigí rumbo al sur, a casa, con una sonrisa de oreja a oreja, de esas que no se quitan en varios días...

domingo, 19 de enero de 2014

Villafáfila en familia y pato colorado

     Si me proponen ir a Villafáfila a pasar el día, aunque sea un día como el de ayer, nunca voy a decir que no. Hacía frío, viento, y empezaba a llover por Toro pero mi mujer no tenía ganas de pasar el día en casa, así que me propuso hacer una visita familiar a Villafáfila: Centro de Interpretación, comer por allí, una vueltecita por la tarde y para casa...

     Después de que la semana pasada Alfonso Rodrigo, Cristian Osorio y José A. Fernández recolocalizaran al pato colorado (Netta rufina) que estuvo por la Reserva a finales del año pasado, era obligatorio echar un vistazo a los lavajos de la plaza de toros. Si la vez anterior que pude ver esta preciosa anátida me costó casi toda la tarde dar con ella, ayer fue lo primero que apareció al enfocar el telescopio. Debido a la distancia no pude conseguir mejores fotos pues, cuando dejó de sestear y se metió en el agua, me resultaba imposible enfocarlo por culpa del viento.

Pato colorado (Netta rufina) en el centro de la imagen
     Como las visitas familiares suelen ser muy lentas y hay que atender a otros menesteres, el tiempo para estar en el Centro de Interpretación (desde el que se ven los lavajos) era muy corto. Un vistazo muy rápido a toda la zona y, el único ganso que levantó la cabeza resultó estar marcado. Aunque fue anillado en el año 2012 en Noruega, tiene bastantes avistamientos en su país y en Alemania. En Villafáfila lo hemos visto varias personas, yo mismo en cuatro ocasiones.

Ánsar común (Anser anser) marcado con collar B(GA4)
     Mientras volvíamos hacia el coche, un vistazo rápido a los porrones moñudos de las lagunas del Centro de Interpretación y esta focha marcada que se puso delante del objetivo. Es uno de los ejemplares marcados por el GIA y suele ser fácil encontrase con ella en este mismo sitio.

Focha común (Fulica atra) marcada con collar Y(217)

    Después de comer dimos una vuelta con el coche, para intentar que el pequeño durmiese la siesta. Justo antes de llegar a Revellinos de Campos, este grupo de avutardas (Otis tarda) recortaba contra el cielo negro. La presencia de nubes tan oscuras, así como los ocasionales chubascos hacían que las aves pareciesen intranquilas, moviéndose en bandos de un lado a otro.

Avutardas (Otis tarda)
     Una penúltima parada, esta vez en el complejo de Barillos y, como una luz en medio de la oscuridad, se distinguía esta avefría blanca, que descubrió Cristian Osorio y que ya lleva un tiempo por la zona. A pesar de la distancia, este ejemplar resulta muy llamativo y es fácil dar con él, aún sin prismáticos.

Avefría "blanca" (Vanellus vanellus)
     En una levantada general de avefrías, en medio de un bando enorme, destacaba igualmente, tanto por su color, como por el hueco que parecen dejarle sus congéneres, quizá recelosos de que no se trate de un ejemplar de su misma especie.

Avefrías (Vanellus vanellus)
     Dado que los gansos y patos no estaban nada activos, una vez que la avefría blanca desapareció de la zona, lo más entretenido fue intentar fotografiar a los tres ejemplares de avoceta (Recurvirostra avosetta) que se alimentaban en la laguna de la Rosa. Esta es la única foto que conseguí en la que se pueda ver la cabeza de una de las aves, en el resto, solo sus traseros blancos y negros sobresaliendo en la superficie del agua. 

Avoceta (Recurvirostra avosetta)
     Para terminar la tarde, ya con mucho frío, una foto de un grupo de avefrías que, bañadas por el sol, demuestran que la parte superior de su plumaje no tiene por qué ser siempre negra. 

Avefrías (Vanellus vanellus)