jueves, 13 de marzo de 2014

Me gusta el flamenco...

...y no me refiero a la música. Me refiero al ave... Phoenicopterus roseus y, en concreto, a los dos ejemplares que he podido disfrutar en Villafáfila, junto con mi familia y un buen puñado de pajareros zamoranos.
     El martes 11 de marzo, cuando recibí un mensaje a través del grupo de Whatsapp que tenemos varios colegas, en el que se avisaba de que el día anterior Víctor Arias y Álvaro Guerra habían descubierto dos flamencos adultos en Villafáfila, no me lo podía creer. El flamenco común (Phoenicopterus roseus) es un ave que se me resistía; lo había fallado ya en varios sitios, incluido Doñana. Tengo que reconocer que nunca le había puesto especial empeño, pero empezaba a mosquearme no haber sido capaz de observar un ave tan grande y relativamente abundante en ciertos lugares de la península.
     En cuanto Cristian Osorio confirmó que los dos flamencos seguían en la Salina Grande salí con mi familia hacia allí, encontrándole en el observatorio de Otero de Sariegos, junto con varios colegas, disfrutando de esta bella especie. 

     A pesar de la distancia a la que se encontraban, les pude sacar algunas fotos testimoniales. No son gran cosa, pero seguro que serán un buen recuerdo del día que observé por primera vez esta especie, y de la agradable tarde que pasamos en buena compañía.






     Sin movernos del observatorio de Otero, la tarde se completó con la observación de 23 zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis), 9 espátulas (Platalea leucorodia), 2 gaviotas cabecinegras (Larus melanocephalus) y un buen número de ejemplares de las especies habituales en esta época por la Reserva.
Para terminar un día tan excepcional, en el camino de vuelta a casa pudimos contar hasta 5 lechuzas campestres (Asio flammeus), que pusieron la guinda a la jornada.

1 comentario:

  1. Manuel. Te quedaron unas fotos muy buenas para la distancia que había. Un saludo.

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