domingo, 4 de enero de 2015

Barnaclas carinegras en Villafáfila

     La de ayer, 3 de enero de 2015, fue una jornada de pajareo inusual por la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila. Unos amigos querían conocer las lagunas, y mi mujer y yo nos ofrecimos a hacerles de guía, para enseñarles lo más característico de las mismas.

        Empezamos muy tarde, como corresponde a una salida con tanta gente. El telescopio y los prismáticos estaban siempre copados por los niños y los no tan niños y, a pesar del respeto y el buen comportamiento que mostraron, no dejábamos de ser un grupo muy grande, que llama mucho la atención y que no ayuda a la hora de avistar aves.

        El primer lugar que visitamos fue la laguna de San Pedro, en Villarrín. Estaba totalmente congelada y solo un puñado de cercetas comunes se atrevía a mantenerse sobre el hielo. Un buen grupo de gansos, muy lejos, se quedó sin revisar, pues tocaba estar a los invitados y no tanto a los pájaros.

Cercetas comunes (Anas crecca)
        El segundo lugar que visitamos fue el observatorio de Otero de Sariegos, desde el que pudimos explicarles a nuestros amigos cómo diferenciar algunas de las especies de anátidas más sencillas, a las enormes distancias con las que siempre nos toca bregar en Villafáfila. Como así es difícil entretener a tanta tropa, nos dirigimos al Centro de Interpretación donde, por lo menos, podrían disfrutar de algunas especies mucho más cerca.

        En las lagunas del Centro destacaban, como siempre, los porrones comunes y moñudos, los zampullines y las fochas. Éstas últimas, además, nos permitieron hablarles sobre el anillamiento científico, ya que algunos de los ejemplares que se ven en las lagunas artificiales están marcadas con collares, numerados, que permiten conocer sus movimientos. En la foto que hay más abajo se ve al ejemplar Y(222).

Porrones europeos (Aythya ferina)

Fulica atra y Tachybaptus ruficollis

Porrón moñudo (Aythya fuligula) y fochas comunes
        Además de las anátidas, en las zonas más someras de la mayor de las charcas del Centro, había varios grupos de correlimos comunes que se alimentaban ajenos a los observadores.

Correlimos comunes (Calidris alpina)
        Después de la visita al Centro de Interpretación era obligado comer en el pueblo de Villafáfila. Una comida tranquila y larga que iba a dejar muy poco tiempo para la tarde. Sin embargo, eso sería lo que nos proporcionaría la mejor observación del día y, para mí, una de las más emocionantes en mucho tiempo.

        Como ya atardecía, nuestros amigos decidieron volver a Toro pero nosotros nos demoramos un rato más, volviendo otra vez al Centro de Interpretación, a comprar un peluche que le habíamos prometido a nuestro hijo. Fue en ese momento cuando recibí un mensaje, a través del grupo de Whatsapp "El Picanzo", en el que Cristian Osorio avisaba que había descubierto una barnacla carinegra en la Salina Grande. Inmediatamente nos dirigimos hacia allí, pues es una especie que no habíamos visto nunca y, verla prácticamente en casa, era una oportunidad que no se podía desperdiciar. Al momento, Cristian avisaba que las barnaclas eran dos. ¡Impresionante!

        Mientras nos acercábamos, en el coche, se veían grandes grupos de gansos que se levantaban de la Salina Grande. Esperaba que las barnaclas no se hubiesen unido a ninguno de esos grupos y que, cuando llegásemos, aún estuviesen allí. Mis nervios fueron en aumento hasta que llegamos al lugar donde estaba Cristian, que nos confirmó que allí seguían. Como otras veces, en Villafáfila, estaban muy lejos, pero con su ayuda no nos resultó difícil encontrarlas. Otra cosa era obtener una foto, aunque fuese testimonial. Entre la escasa luz, la distancia y que se dedicaban a pastar y siempre tenían la cabeza baja, todas las fotos reflejaban únicamente pequeños puntos oscuros con la parte posterior blanca. Hasta que echaron a volar... Entonces fue cuando pude obtener una de las fotos "más testimoniales" que he sacado en el blog, pero que no me puedo resistir a poner. Además, en ese momento nos dimos cuenta de que había 4 ejemplares, pues mientras las dos de la foto estaban en vuelo, Cristian seguía viendo otras dos aves posadas.

        Al final, el día que no iba a ser de pajareo serio, nos deparó una gratísima sorpresa y una observación que no olvidaremos.

Barnaclas carinegras (Branta bernicla)